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El salario bruto medio en Euskadi, según los datos estadísticos se ha incrementado un 22% desde 2016 pasando de 27.786 euros a los 33. ... 504 del pasado año. Pero la evolución de los ingresos más frecuentes, los que más veces se repiten en la sociedad vasca, es muy dispar. Y es que el sueldo medio se construye mezclando desde retribuciones superiores a 90.000 euros hasta el SMI. Así, lo mucho que ganan unos pocos disuelve lo poco que ganan otros. En la zona media de las rentas vascas, donde se desenvuelven la mayoría de los ciudadanos, se han notado menos avances en años complicados por la inflación.
Según las declaraciones de IRPF que se han presentado a las haciendas forales, la 'renta más frecuente', la que más se repite en la sociedad vasca, ha crecido tan solo un 6% en los últimos años. En un análisis realizado por EL CORREO sobre los datos de la recaudación de las diputaciones, el importe medio de la declaración de renta más habitual en 2016 era de 16.775 euros. Esa era la base imponible para el impuesto y en esos 16.775 -con una horquilla de mil euros arriba, abajo- se movieron 82.311 ciudadanos, mientras que en 2022 -última referencia publicada por las haciendas vascas- el tramo de renta más frecuente fue de 17.892, una base de ingresos sobre la que tributaron un total de 86.121 ciudadanos y solo un 6% más elevada que en 2016. Estas cantidades son las que se declaran tras descontar gastos como las cotizaciones a la Seguridad Social.
En ese importe de las retribuciones tiene un peso determinante el tipo de empleo que crea la economía y en qué sectores se está haciendo. Euskadi mantiene una afiliación de trabajadores en niveles récord, ya asentada por encima del millón de personas, pero con un peso muy importante en los últimos contratos en áreas como la hostelería y los servicios, que cuentan con salarios menos voluminosos que la industria y con una presencia muy notable de trabajadores extranjeros.
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El caso es que el avance de la renta más frecuente queda muy exiguo para hacer frente a unos precios que, entre 2016 y 2022 (último año con datos definitivos), han acumulado un crecimiento en Euskadi del 19,5%. El impacto del coste de la vida se hace especialmente gravoso para las rentas medias y bajas, que son la gran mayoría. Así, las declaraciones de IRPF que presentaron ingresos por debajo de los 30.000 euros en 2022 ascendieron a más de 850.000, es decir, siete de cada diez contribuyentes. De esos ciudadanos hay 269.000, un 22%, que declararon por unos ingresos que no llegaron si quiera a los 12.000 euros, por 586.000, un 49%, que están entre esos 12.000 y los 30.000 euros.
Es una realidad que ha dado especial relevancia a la medida estrella de la reforma fiscal que acaban de aprobar las diputaciones y que exime de presentar la declaración a todo aquel cuyos ingresos no superen los 20.000 euros, elevando en 6.000 el límite anterior. La medida, según señalaron las haciendas supondrá dejar de recaudar cerca de 140 millones de euros y afectará a unos 350.000 ciudadanos.
La radiografía de los ingresos sí evidencia en estos últimos años una mejora en las rentas más bajas, esas que declaran ingresos por debajo de los 12.000 euros. En su mayoría tienen su origen en trabajos temporales o por horas, además de muchas de las pensiones. En 2016 eran 338.000 personas, mientras que en el último dato se han reducido un 20% hasta las 269.321. Evidencia la salida de 68.700 contribuyentes de una zona de alto riego de exclusión social. Las rentas que se mueven entre 12.000 y 30.000 euros permanecen estables con esas 586.103 personas, que suponen un 1,68% menos que en 2016.
El esquema reproduce todavía, eso sí, el riesgo que ya señaló el Eustat en su último estudio sobre desigualdad. Según el trabajo del Instituto Vasco de Estadística, realizado con los informes de la Red Vasca contra la Pobreza y la Exclusión Social, entre 2008 y 2020 el 60% más rico incrementó sus ingresos un 13%, mientras que el 10% más pobre los redujo un 9% -sin la renta de garantía de ingresos, el descenso hubiera sido del 21%-.
En cuanto a las rentas más altas, con entre 31.000 y 60.000 euros de ingresos declarados hay en Euskadi 276.678 contribuyentes, es el 23% del total. Entre 61.000 y 90.000 euros hay 39.050 ciudadanos, y por encima de los 90.000 euros hay 22.949 declaraciones.
20.000 euros
es la cantidad a partir de la que, según la reforma fiscal, hay que presentar la declaración
El tipo de empleo que configura la economía tiene también un impacto directo en la radiografía de los ingresos de la sociedad vasca. Y el peso de los servicios sociales, la construcción o la hostelería ha marcado en gran medida el empleo que se generó en los seis años analizados. Son, frente a la industria, sectores con una remuneraciones algo más bajas y los que están tirando del empleo hasta alcanzar el número de 1.030.000 afiliados a la Seguridad Social. Entre 2016 y 2022, la construcción incorporó a 5.891 personas a la actividad, la hostelería a 5.106, el transporte y la logística a 4.889. Fueron los principales vectores de creación de puestos de trabajo del sector privado, junto a los servicios, aunque aquí se nota la contratación de la administración. Así, las actividades sanitarias y servicios sociales crecieron en 22.000 personas, por 4.700 directamente en la función pública.
La industria, eso sí, aunque fue de los que menos creció, con 1,25%, siguió manteniéndose como el más numeroso con un total de 171.119 personas.
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