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Hace un año, el grupo Ausolan y Kurutziaga Ikastola de Durango dieron un paso pionero en la sostenibilidad escolar al obtener el certificado de 'comedor Eco-Responsable' otorgado por la empresa Bureau Veritas. En esta ocasión, el centro escolar ha obtenido esta distinción con un nivel superior. «Se ha puesto el foco en la reducción de desperdicio alimentario y en la optimización de recursos mediante medidas concretas como una nueva metodología para medir y reducir el residuo orgánico que permite diseñar acciones más precisas», subrayan desde la entidad educativa.
También se ha producido la implicación directa del alumnado en la separación, pesaje y control de residuos, fortaleciendo el enfoque pedagógico del comedor. «La eliminación total de plástico de un solo uso entre comensales, sustituyéndolo por envases reutilizables y la colaboración con proveedores para adaptar los formatos de los productos y reducir el uso de envases de plástico», son otras de las iniciativas más destacadas.
La designación del alumnado como responsable del plan anual contra el desperdicio, figura educativa clave para fomentar hábitos sostenibles y la renovación del equipamiento de cocina y comedor (marmitas, mesas calientes y caldera) para mejorar la eficiencia energética son otras de las medidas establecidas.
A lo largo del curso se han estado realizando dos proyectos importantes relacionados con la sostenibilidad a nivel educativo como 'Ogia baino gehiago', en el que el alumnado ha estado acudiendo al comedor, a las 14.20 horas, para medir la cantidad de pan que no se ha consumido y rellenar una ficha. Así, han estado midiendo el excedente mensual de pan.
En el plan anual contra el despilfarro, el alumnado de quinto curso de Educación Primaria ha estado entrando en el turno de los de primero para clasificar los residuos de comida. Al final del turno, se han estado realizando mediciones para conocer el número de sobrantes que se tiran durante todo el curso.
«Además de los proyectos concretos, hemos realizado charlas, murales, decálogo, etc.», ha explicado la responsable del proyecto educativo, Amaia Sanz. «Por otro lado, respecto al orgánico, hemos estado clasificando las cortezas de fruta para dar a conocer cuánta corteza de fruta tenemos para el compost», explica Ariane Núñez, responsable del comedor.
«La sostenibilidad no se certifica una vez, se construye cada día. Este comedor demuestra que, cuando hay voluntad, compromiso y visión educativa, es posible avanzar hacia un modelo más justo y respetuoso con nuestro entorno«, subraya Urko Rodríguez, gerente de Kurutziaga Ikastola.
A diferencia de otros certificadores, el sello del Bureau Veritas exige evidencias constantes y una mejora continua. «Esta auditoría no es un trámite. Cada día hay que demostrar que el comedor es un espacio educativo, saludable y comprometido con el entorno. Por eso es un logro colectivo que pone en valor el esfuerzo de todo el equipo y de la comunidad educativa«, subraya Núria Carbajales, directora de Sistemas de Gestión de Ausolan.
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